Author: mgandreu

Uno de los tratamientos más comunes para atender el cáncer es la quimioterapia. Por ello, es importante conocer cuando es necesaria y en qué tipo de cánceres tiene mayor efectividad respecto a otros procedimientos.

¿Qué es la quimioterapia?

Es una terapia empleada en el tratamiento del cáncer, esta consiste en usar diversos fármacos para destruir células cancerígenas con lo cual se puede controlar, reducir o eliminar completamente la enfermedad, dependiendo de cada caso. Estos actúan de tal manera que evitan que las células cancerosas crezcan y se dividan en más células, ya que suelen crecer y dividirse más rápido que las células normales. Este tratamiento tiene un mayor efecto en células cancerosas. No obstante, los fármacos utilizados son fuertes y pueden dañar a las células sanas.

Indicaciones  de  la quimioterapia 

Este procedimiento se utiliza para atender muchos tipos de cáncer. Para algunas personas, este puede ser el único tratamiento que reciban. Sin embargo, en algunas ocasiones el paciente puede recibir quimioterapia y otros tratamientos para tener una mayor efectividad contra el cáncer. Los medicamentos que se administran por medio de la quimioterapia, dependen del tipo de cáncer, el sitio de localización, la etapa clínica, si se ha propagado a otros sitios y el estado de salud del paciente.

Cuando un especialista recomienda la quimioterapia como primera opción para atender el cáncer, puede ser por las siguientes finalidades:

Curación: Cuando existe la posibilidad de utilizar la quimioterapia como un tratamiento con intención curativa para el cáncer, destruyendo las células cancerígenas y evitando que este regrese.

Control de la enfermedad: Cuando no es posible curar el cáncer, se recomienda este tratamiento para mantener la enfermedad bajo control. De esta manera, se administra quimioterapia para disminuir el tamaño del tumor y/o impedir el crecimiento. 

Paliación: Cuando el cáncer se encuentra en un estadio avanzado y se ha diseminado, es probable que no se pueda curar o controlar. En estos casos, la quimioterapia se utiliza como un tratamiento paliativo, es decir, para aliviar los síntomas causados por el cáncer, mejorando la calidad de vida del paciente.

La quimioterapia es considerada como un tratamiento sistémico, debido a que los medicamentos pasan por todo el cuerpo y pueden eliminar las células cancerosas que se han diseminado (metástasis) a otras partes del cuerpo. Esto es la principal diferencia respecto a la radiación y la cirugía, puesto que estos procedimientos son tratamientos locales que únicamente tratan a una parte del cuerpo. 

Por lo tanto, la mejor manera de saber si la quimioterapia es o no es la mejor alternativa para atender un tipo de cáncer en particular, es consultando a un especialista que le provea información sobre qué tipos de diagnóstico hay, los distintos tipos de tratamiento que existen, los beneficios que estos ofrecen y si es necesario un solo tratamiento, o bien, tratamientos en conjunto para atender el padecimiento.  

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El sarcoma de tejido blando es un tipo de cáncer poco común que se origina en los tejidos que conectan, sostienen y rodean otras estructuras del cuerpo. Esto está conformado por músculos, grasa, vasos sanguíneos, nervios, tendones y revestimiento de las articulaciones.

Datos importantes

Existen más de 50 tipos de sarcoma de tejidos blandos, algunos de estos afectan más a niños, mientras que otros afectan, en su mayoría, a adultos. Diagnosticar este tipo de cáncer puede ser difícil, ya que puede llegar a confundirse con otro tipo de crecimientos. La mayoría de los sarcomas aparecen con mayor frecuencia en el abdomen, en los brazos y en las piernas.

El tipo de célula que presenta la mutación genética determina qué tipo de sarcoma de tejido blando existe. Por ejemplo, el angiosarcoma se origina en el revestimiento de los vasos sanguíneos, mientras que el liposarcoma comienza en las células grasas.

Algunos tipos de sarcoma de tejido blando son:

• Tumor maligno de la vaina de los nervios periféricos
• Dermatofibrosarcoma protuberante
• Tumor del estroma gastrointestinal
• Tumor fibroso solitario
• Sarcoma pleomórfico
• Sarcoma epitelioide
• Sarcoma de Kaposi
• Rabdomiosarcoma
• Mixofibrosarcoma
• Sarcoma sinovial
• Liomiosarcoma
• Angiosarcoma
• Liposarcoma

Síntomas

El sarcoma de tejido blando suele no presentar signos en una etapa temprana. Sin embargo, a medida que este avanza, puede provocar:

• · Una protuberancia en cualquier parte del cuerpo que comienza a crecer.
• · Ulceración o sangrado de dicha protuberancia.
• · Aumento progresivo del volumen del abdomen.

Factores de riesgo

• Síndromes heredados: Los síndromes genéticos que aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad, comprenden retinoblastoma, síndrome de Li-Fraumeni, poliposis adenomatosa familiar, neurofibromatosis, esclerosis tuberosa y el síndrome de Werner.

• Exposición a productos químicos: Estar expuesto a productos químicos como herbicidas, arsénico y dioxinas, aumentan el riesgo de tener este padecimiento.

• Exposición a la radiación: Los tratamientos que utilizan radiación para atender otros tipos de cáncer pueden aumentar el riesgo de sufrir sarcoma del tejido blando.

Tratamiento

Existen distintas alternativas para poder atender este padecimiento, estas pueden ser:

Cirugía: Es el tratamiento más frecuente para el sarcoma de tejido blando. Implica extraer el tumor y parte del tejido saludable que lo rodea.

Radioterapia: Destruye las células cancerosas y reduce el tamaño de los tumores, a través del uso de radiación de alta energía, que puede provenir de Rayos X, Rayos Gamma, neutrones, protones y otras fuentes.

Quimioterapia: Es el uso de fármacos para destruir las células cancerosas, actúa evitando que las células cancerosas crezcan y se dividan en más células.

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Existen distintos tipos de cáncer que pueden ser atendidos a través de la radioterapia, por lo que es importante conocer cuáles de estos responden mejor a este procedimiento.

Información general sobre la radioterapia

La radioterapia es la aplicación de ondas de alta energía, como son rayos X, rayos gamma, rayos de electrones o de protones, las cuales se utilizan para dañar las células cancerosas y demorar el crecimiento del tumor sin dañar el tejido sano cercano. 

Hay que tener en cuenta que la cantidad y el tipo de radiación necesaria para poder tratar un padecimiento depende del caso en particular que se está atendiendo, es decir, se tiene que considerar el tamaño del tumor, conocer en qué etapa se encuentra el cáncer, en dónde está ubicado el tumor, qué tan cerca está el tumor de los tejidos sanos, para ver si estos son sensibles a la radiación, la salud en general y el historial médico del paciente, entre otros factores, como edad, peso y padecimientos médicos.

Algunos tipos de cáncer tienen una mejor respuesta a la radioterapia que otros. Cuando es así, la radiación puede ayudar a detener exitosamente el crecimiento de un tumor sin dañar permanentemente el tejido sano cercano. 

Las probabilidades de efectividad aumentan cuando los tumores son tratados antes de la metástasis, es decir, desde una etapa temprana. 

Tipos de cáncer tratados con radioterapia, cuya tasa de curación es alta en una etapa temprana: 

• Cáncer de piel y labio
• Cáncer de cabeza y cuello
• Cáncer de mama
• Cáncer de cérvix y endometrio
• Cáncer de próstata
• Linfoma
• Tumores germinales

Tipos de cáncer tratados con radioterapia y con otros tratamientos para una mejor respuesta:

• Tumor de Wilms
• Rabdomiosarcoma
• Cáncer colorrectal
• Sarcoma de tejidos blandos

Existen otros tipos de cáncer cuya mejor opción no es la radioterapia, o bien, que no pueden ser atendidos con este método, Además, los tumores que se encuentran ubicados cerca de tejidos sensibles en ocasiones no pueden recibir la dosis necesaria de radiación para poder eliminarlos. La radiación no es tan efectiva en los tumores con múltiples metástasis. 

No olvides consultar a un especialista y agendar revisiones periódicas. Recuerda que un diagnostico a tiempo hace la diferencia.

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Es importante conocer todo tipo de información sobre el cáncer. Por consiguiente, es conveniente distinguir los distintos tipos de radioterapia que existen y saber en qué consiste cada uno de ellos.

Hay dos principales tipos de radioterapia:

1.- Radioterapia de haz externo: Es el tipo más común de radioterapia. Esta aplica radiación a través de una máquina llamada acelerador lineal, la cual forma el haz de radiación mediante rayos X o fotones. De esta manera se ajusta el tamaño y la forma del haz por medio de un programa informático especial, esto permite que se dirija directamente la radiación al tumor y preservar el tejido sano cercano a las células cancerosas.

Tipos de radioterapia de haz externo:

Radioterapia conformacional tridimensional: Genera imágenes tridimensionales del cáncer por medio de una tomografía computarizada o imágenes por resonancia magnética, mismas que son utilizadas para aplicar la radioterapia con una mayor precisión.

Radioterapia de intensidad modulada (IMRT): Es un procedimiento de alta precisión que utiliza aceleradores lineales de rayos X, los cuales son controlados por una computadora para administrar dosis de radiación muy precisas a un tumor maligno o áreas específicas dentro del tumor. 

Terapia con haz de protones: Este procedimiento utiliza protones en lugar de rayos X, los cuales son dirigidos hacia el tumor y depositan una dosis precisa de radioterapia, reduciendo el daño a los tejidos sanos cercanos. 

Radiocirugía estereostática: Es un procedimiento no quirúrgico, que utiliza haces de radiación enfocados de manera precisa para tratar tumores. Asimismo, emplea imágenes tridimensionales para dirigir dosis altas de radiación al área afectada con un impacto mínimo en el tejido saludable que la rodea.

2.- Radioterapia interna: También conocida como braquiterapia, es un tipo de tratamiento cuya fuente de radiación, ya sea líquida o sólida, se inserta en el cuerpo, específicamente en donde se encuentra ubicado el cáncer o en el tejido que lo rodea. 

Tipos de radioterapia interna: 

Radioterapia de implantes permanentes: Este tipo de tratamiento consiste en insertar implantes pequeños, los cuales liberan la mayor parte de la radioterapia alrededor del área en la que se colocan, como puede ser directamente en el tumor, o bien, cerca de este. Cabe mencionar que estos implantes van perdiendo su radioactividad con el tiempo y las semillas inactivas permanecen en el cuerpo.

Braquiterapia de alta dosis: Este procedimiento consiste en brindar un tratamiento con una fuente radiactiva de alta potencia colocada en el aplicador por varios minutos, posteriormente se remueve después de 10 a 20 minutos. En este tipo de radioterapia, el material radiactivo no se deja en el cuerpo.

Radioterapia sistémica: Este procedimiento posee una fuente de radiación líquida, es decir, el tratamiento se transporta de la sangre a los tejidos de todo el cuerpo en donde localiza y destruye las células cancerosas. Este tipo de radioterapia es administrada por medio de inyecciones, catéteres o aplicadores especiales. En este tratamiento los fluidos corporales como la orina, el sudor y la saliva, emiten radiación por un tiempo.

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Uno de los tratamientos para el cáncer más común es la radioterapia. Por ello, es fundamental tener conocimiento acerca de su funcionamiento y qué beneficios proporciona este procedimiento.

¿Qué es la radioterapia? 

Es la aplicación de ondas de alta energía, como son rayos X, rayos gamma, rayos de electrones o de protones, las cuales se utilizan para dañar las células cancerosas y demorar el crecimiento del tumor sin dañar el tejido sano cercano. 

La radioterapia es un tratamiento de aplicación local. Es decir, solo afecta la parte del cuerpo a la que es dirigida. 

¿Cómo funciona la radioterapia?

Las células normales crecen y se dividen para formar nuevas células, en cambio, las células cancerosas lo hacen, pero a una velocidad mucho mayor y sin control. Es ahí cuando la radiación interviene, actuando sobre el ADN que se encuentra dentro de las células cancerosas y provocando pequeñas roturas, mismas que evitan que estas células sigan creciendo, se dividan y mueran. Cuando las células dañadas mueren, se descomponen y el cuerpo las desecha. 

La radiación también puede llegar a dañar tejidos normales, ya que este tratamiento se basa en la alta sensibilidad ante la radiación de las células en estado proliferativo, como aquellas que se encuentran en los tumores. Para determinar qué técnica se utilizará en la radioterapia, es necesario conocer el tipo, extensión y localización del cáncer, así como el objetivo del tratamiento.

Es importante mencionar que la radioterapia no destruye de inmediato las células cancerosas, ya que para lograr que el ADN se dañe lo suficiente para que estas células mueran, se requieren semanas o meses de tratamiento. 

Los efectos secundarios que la radioterapia provoca dependen de la parte del cuerpo que se expone a la radiación, y también a la cantidad de radiación utilizada.  Sin embargo, es posible que no se experimente ningún efecto secundario, o bien, que se experimenten varios. La mayoría de los efectos secundarios son temporales, se pueden controlar y, una vez que finaliza el tratamiento, desaparecen con el tiempo.

La radioterapia también puede utilizarse junto con otras terapias como la cirugía o la quimioterapia, para: 

• Reducir el tamaño de un tumor lo más que se pueda antes de una cirugía.

• Ayudar a evitar que el cáncer reaparezca después de la cirugía o la quimioterapia.

• Aliviar los síntomas causados por un tumor como el dolor, la presión o el sangrado.

•  Tratar cánceres que no se pueden extirpar con cirugía.

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Es importante conocer qué es el cáncer de vejiga, esto con la finalidad de saber las causas que lo originan, los síntomas que presenta, que tipos de cáncer de vejiga existen y, por supuesto, su diagnóstico y tratamiento.

Datos relevantes y definición

El cáncer de vejiga es uno de los tipos de cáncer más frecuentes, este suele presentarse más comúnmente en hombres que en mujeres. Por lo general es más frecuente en adultos mayores, sin embargo, puede manifestarse a cualquier edad.

El cáncer de vejiga se origina con mayor frecuencia en las células uroteliales, las cuales revisten el interior de la vejiga, el órgano muscular y hueco que almacena la orina y que está ubicado en la parte inferior del abdomen. Este tipo de cáncer suele aparecer normalmente en la vejiga, sin embargo, puede llegar a manifestarse en otras partes del sistema de drenaje de las vías urinarias.

Causas

El cáncer de vejiga se presenta cuando las células de la vejiga comienzan a multiplicarse de forma anormal. Es decir, en lugar de crecer y dividirse de manera normal, estas presentan mutaciones que hacen que se multipliquen sin control y que no mueran, formando un tumor.

Los principales factores de riesgo son:

• Irritación crónica del revestimiento de la vejiga
• Exposición a sustancias químicas
• Tratamientos oncológicos previos
• Exposición a la radiación 
• Infecciones parasitarias
• Edad avanzada
• Tabaquismo 

Síntomas

Dentro de los principales signos que presenta este tipo de cáncer, se encuentran:

• Hematuria (sangre en la orina)
• Dolor pélvico
• Dolor al orinar
• Dolor de espalda
• Necesidad constante de orinar

Tipos de cáncer de vejiga

• Carcinoma urotelial: Conocido también como carcinoma de células transicionales, se presenta en las células que recubren el interior de la vejiga. Este tipo de células se expanden cuando la vejiga está llena y se contraen cuando se vacía. Además, recubren el interior de los uréteres y la uretra, por lo que en esos lugares también es posible que se formen tumores.

• Carcinoma epidermoide: Está relacionado con la irritación crónica de la vejiga, como puede ser una infección o uso prolongado de un catéter urinario. 

• Adenocarcinoma: Es aquel que se origina en las células que componen las glándulas secretoras de mucosidad en la vejiga. 

Diagnóstico 

Los procedimientos y pruebas más utilizadas para detectar este padecimiento son:

• Cistoscopia: Se inserta un tubo pequeño por la uretra, el cual tiene una lente que permite ver el interior de la uretra y la vejiga, para examinar estas estructuras y detectar signos de enfermedad.

• Biopsia: Se recolecta una muestra de las células para analizarlas posteriormente y determinar si presenta signos de cáncer.

• Citología de la orina: Se analiza una muestra de orina en un microscopio para detectar células cancerosas.

• Exploraciones por imágenes: El urograma o el pielograma retrógrado por tomografía computarizada permiten que se examine las estructuras del tracto urinario.

Tratamiento

Este tipo de cáncer puede tratarse por medio de abordajes quirúrgicos como:

• Resección transuretral de tumor de vejiga: Se extirpan cánceres de vejiga que están limitados al revestimiento interno y que todavía no son músculo-invasivos.

• Cistectomía: Se utiliza para para extirpar toda la vejiga o parte de esta.

• Reconstrucción: Se forma una nueva manera para que la orina salga del cuerpo después de extirpar la vejiga.

Otro tipo de tratamientos no quirúrgicos son:

• Quimioterapia intravesical: Se administra para atender tumores que están limitados al revestimiento de la vejiga y presentan un alto riesgo de reaparecer o progresar a una etapa más alta.

• Quimioterapia sistémica: Incrementa la posibilidad de cura en una persona que se somete a una cistectomía.

• Radioterapia: Se utiliza para destruir las células cancerosas, a través del uso de radiación de alta energía, como rayos X, rayos gamma, neutrones, protones y otras fuentes.

• Inmunoterapia: Se utiliza para desencadenar el sistema inmunitario del cuerpo para combatir las células cancerosas en la vejiga o en todo el cuerpo.

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